miércoles, 13 de mayo de 2020

APOYO LENGUA 3º ESO


Buenos días chicos!

Esta semana vamos a repasar los temas 3 y 4. Como ya sabéis, podéis enviarme un correo si tenéis cualquier duda, o bien consultar estos temas del libro.

Tenéis como fecha máxima hasta el día 22 de mayo para entregarme estos ejercicios. El correo al que me lo tenéis que mandar es valoreseticosazalea@gmail.com

Los que no me hayan entregado los ejercicios que mandé la semana pasada, tienen hasta este viernes para hacerlo.

Un saludo.



1. Subraya los complementos del nombre de las frases siguientes. Fíjate en el ejemplo.

Todos los días desayuno café con leche.
                                 N         CN

- Esa mesa de madera de cerezo es muy bonita.
-  Cada día lee el periódico detenidamente.
- Te he contado varias veces esa historia de miedo.
-  Le han traído un regalo a esa señora, dama muy distinguida.
- Ese castillo, edificio solitario, es un lugar en ruinas.
- Hemos comido demasiada tarta en tu fiesta de cumpleaños.
- Esas manzanas tan maduras, frutas sabrosísimas, fueron compradas por mi madre en el mercado.

2. Señalas los sintagmas nominales y los sintagmas preposicionales de las oraciones anteriores.


3. Distingue los sintagmas adjetivales de los sintagmas adverbiales e indica qué tipo se da en cada una de estas oraciones:
– Escasamente preparado
– Bastante cerca de la solución
– Cansado de tantas preocupaciones
– Contento con su trabajo
– Detrás de nuestra posición

4. Escribe los adverbios de las siguientes oraciones y las palabras a las que complementan.


ADVERBIO
Palabra a la que complementa
Este árbol es muy alto.


El tren avanzaba lentamente.


Andrea está fuera.


Diego es más alto.


Ayer llegué cansado a clase.


Juan come despacio.


La liebre es bastante rápida



5. Clasifica y analiza los sintagmas subrayados en este texto de Juan José Millás.

La vida de un lapicero
Tomo notas, indistintamente, con un bolígrafo o con un lápiz colocados junto al ordenador, sobre un cuaderno escolar de rayas. Al lápiz hay que sacarle punta de vez en cuando, lo que constituye una actividad artesanal que sirve también para la reflexión. Pero la diferencia más notable entre él y el bolígrafo es su modo de perecer. El bolígrafo no cambia de apariencia ni siquiera cuando se encuentra en las últimas. Y deja un cadáver tan curioso que nadie diría que está muerto si no fuera porque no pinta nada ya, aunque resucite a veces de improviso y trace un par de líneas, incluso un párrafo, antes de volver a expirar. La gente se resiste a desprenderse de los bolígrafos vacíos porque continúan como nuevos. Solo se consumen por dentro, en fin, y siempre se acaban a traición, como el butano. El lápiz, en cambio, agoniza por dentro y por fuera a la vez, y deja un cadáver mínimo, un detrito del que uno se deshace sin ningún sentimiento de culpa. Punto y aparte.

Juan José MILLÁS. El País.

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